jueves, 29 de noviembre de 2018

Proceso de elaboración de un mortero de cemento


El mortero de cemento tiene una sencilla preparación y tiene un tiempo menor de secado, en comparación con morteros hechos a base de cal u otro producto. Es, además, un material bastante versátil, lo que aumenta mucho la frecuencia con la que es usado en labores de albañilería. Se emplea, en líneas generales, para lograr que varios elementos estén unidos, cohesionados o sujetos entre sí.
El mortero de cemento es en sí un compuesto en el que se combinan cemento gris (este es el que más se usa para la construcción de obras), arena y agua. Se usa principalmente para realizar trabajos de mampostería. En otras palabras, para unir bloques o ladrillos, por ello, se coloca entre las ranuras que hay en las unidades de los bloques. Pero también se emplea para el pañete, enlucido o frisado de paredes, y para rellenar columnas y celdas de mampostería.
Proceso para elaborar un mortero de cemento
La mezcla de mortero no siempre se elabora de la misma forma, todo va a depender del uso que se le vaya a dar en la obra que se está construyendo. Pero este proceso consiste, básicamente, en lo siguiente:
Lo primero que hay que hacer es buscar un recipiente amplio y dentro de él mezclar en seco la cantidad de cemento y arena que se vaya a necesitar hasta que entre ambos se logre la uniformidad apropiada; al momento de mezclar, utilice un bailejo (si la mezcla la prepara en un balde) o una pala de construcción si la preparación la hará en un recipiente mucho más amplio o en el piso. La proporción recomendada es esta: por cada cuatro porciones de arena, una de cemento.
Seguidamente, haga un orificio en el medio de esa mezcla y vierta el agua en pequeñas porciones, hasta que obtenga la consistencia deseada. Para lograr que esta esté bien uniforme, puede emplear una máquina mezcladora, por ejemplo, una hormigonera.
La cantidad de agua variará en función del tipo de uso que se le dará. Por ejemplo, si lo que se quiere unir es un bloque con otro para el levantado de una pared, la consistencia de la mezcla tiende a ser pastosa, pues así el pegado de un bloque con otro será mucho más fácil.
En cambio, para el frisado o enlucido de paredes, la consistencia ha de ser un poco más fluida, lo que implica que se le debe añadir un poco más de agua. Si el mortero queda con una consistencia muy espesa, no se logrará adherir a la superficie de la pared ni se podrá deslizar por esta con facilidad. Eso aparte de que una mezcla con consistencia gruesa tendería a agrietarse cuando se seque, pues el frisado requiere de una capa fina para poder cubrir la pared. Por tanto, la clave para saber si es la consistencia adecuada para el enlucido, es que el concreto se adhiera al bloque y se deslice por la superficie sin mayores inconvenientes.
El endurecimiento de la mezcla va a depender de factores ambientales como la temperatura y la humedad. Por tanto, siempre es mejor preparar el mortero de cemento momentos antes de su utilización y en el lugar en el que se realice la obra.  
De igual manera es importante resaltar que para tener mayor probabilidad de que el concreto de cemento sea una mezcla resistente, puede añadir un aditivo (un plastificante, por ejemplo) que evite la porosidad o la aparición de grietas. De esta manera, tendrá mayor durabilidad.

En síntesis, el mortero de cemento es un material ideal en la albañilería, puesto que es muy versátil y garantiza que el trabajo se realice con mayor precisión. Además, es muy sencilla de hacer y fácil de aplicar. No se debe olvidar que para lograr un material más resistente, se puede incluir un plastificante que minimice la acción del agua y de la humedad.    

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