En el sector constructor se busca constantemente desarrollar
tecnologías que puedan maximizar la durabilidad del concreto a través del
tiempo, lo cual garantiza una mayor vida útil de la estructura sin tener altos
gastos en mantenimiento a largo plazo. Y justamente uno de esos procesos que se
adapta a las especificaciones antes descritas es la impermeabilización por
cristalización capilar. Se utiliza para proteger a las construcciones de
los efectos dañinos producidos por el agua y, más específicamente, por la
humedad. Esta tecnología agrega ciertos aditivos especializados que permiten la
formación de cristales dentro de los capilares y poros que forman parte del
concreto, lo que sellaría efectivamente este material, interrumpiendo el paso
del agua o cualquier tipo de fluido y, por ende, previniendo los daños
provocados por la humedad.
Cómo es el proceso de impermeabilización por cristalización
capilar
Es importante resaltar que este proceso puede ser usado de
dos maneras diferentes. En primer lugar, en el proceso de la construcción de
nuevas edificaciones como aditivo del premezclado. En segundo lugar, como
tratamiento preventivo de estructuras que ya fueron construidas (recientemente
o hace algún tiempo) con la finalidad de impermeabilizar su capa más
superficial.
La diferencia radica, básicamente, en que en la primera forma
de aplicación, el proceso de cristalización ofrece protección y durabilidad a
toda la masa de concreto, en tanto que en la segunda, solo protege la parte más
superficial del mismo o hasta donde la profundidad de los poros y capilares así
lo permitan.
Si este proceso es utilizado como aditivo en el premezclado,
la impermeabilización de la estructura será mucho mejor, con una protección más
resistente y, lo más probable, es que no requiera de trabajos de mantenimiento
a futuro, incluso si se tratase de una estructura que siempre tenga presencia
de agua a su alrededor.
Es necesario entender que el concreto no impermeabilizado por
lo general contiene una superficie porosa, esto debido a que mientras ocurría
el proceso de fraguado del hormigón, los componentes más pesados de la mezcla
bajan y los más livianos se quedan en la superficie; entre los últimos está el
agua, que cuando se evapora va creando dicha superficie porosa, lo que a
futuro, permitiría la filtración del agua externa. Todo esto favorecería la
degradación del material, creando grietas que irían debilitando poco a poco el
concreto.
Si es utilizado sobre hormigón ya fraguado, sea por
prevención o por mantenimiento de estructuras degradadas por la acción del agua,
este proceso permite saturar el sistema capilar de dicho hormigón, aprovechando
las mismas grietas y la humedad presentes en el material para formar sólidos
cristalinos o cristales indisolubles, a modo de red, que bloquean el paso del
agua o de cualquier otro líquido, sellando los poros y las grietas más
profundas, lo que favorece una efectiva impermeabilización del concreto.
El proceso
de cristalización es cíclico y se mantiene activo a través de tiempo, lo cual
significa que siempre que se produzcan nuevas filtraciones o humedad en el
concreto, se crearán nuevos cristales indisolubles para sellar dicha
filtración.
Aplicaciones del proceso de impermeabilización por
cristalización capilar
Este proceso es muy utilizado en la construcción de
estructuras que están sometidas a contante degradación por la acción del agua,
por ejemplo: piscinas, embalses, tanques de desalinización, túneles,
estructuras marinas, tanques de agua potable, plantas de tratamiento de aguas
negras o residuales, canales de agua cementados, sótanos, etc.
Es por todas las razones, beneficios y aplicaciones antes
expuestos que la tecnología de impermeabilización
por cristalización es una de más utilizadas actualmente en la industria de
la construcción, ya que favorece a una mayor vida útil del hormigón, lo que a
largo plazo permite economizar en mantenimientos y reparaciones. Además, es muy
eficaz para recuperar e impermeabilizar efectivamente superficies y piezas de concreto
ya dañadas por la acción degradante del agua.
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