El mortero de cemento es un
material para construcción que se obtiene al mezclar arena y agua con cemento, el cual actúa como conglomerante. Tradicionalmente se ha empleado en todo tipo de aplanados, en muros,
techos y para pegar tabiques.
Pero existen muchas
más aplicaciones en la ingeniería civil que se relacionan con la necesidad de
colocar un material de textura fina para así poder penetrar en pequeñas grietas
y huecos, ya sea para sellar o nivelar con mayor facilidad de lo se puede hacer
con los concretos.
Los morteros al no llevar grava son más
fáciles de manejar consumiendo menos energía en su mezclado y aplicación,
independientemente que sea manual o por medios mecánicos. Los tres ingredientes
que requiere un mortero hechos de cemento se manejan en
proporciones diferentes dependiendo de las necesidades de resistencia y
fluidez.
A pesar de que
estos parámetros (resistencia y fluidez) se pueden evaluar mediante pruebas
haciendo bastante sencillo de controlar la calidad del mortero, en la mayoría de los casos el control se le deja al
albañil, este normalmente controla empíricamente la calidad de la mezcla
buscando la facilidad de colocación del mortero sin ninguna prueba extra.
Esta práctica
habitual no es muy recomendada, debido a que esto puede originar una gran
variabilidad en el material. Incluso, opuesto a la popular creencia de que el
costo de los morteros compuestos de
cemento es bajo, estos consumen más cemento por unidad de lo que se puede
consumir en muchos concretos comunes.
Por el hecho de
emplearse arena como agregado, se hace necesario utilizar altos volúmenes de
pasta (agua + cemento) para así
poder rodear las partículas, esto se debe a la gran superficie específica que
ofrecen las arenas. El principio básico de los morteros proviene de la
estructura de este material, los morteros están formados por un volumen de
aire, un volumen de pasta y volumen de arena.
Los usos de los morteros de cemento y sus ingredientes son:
Para muros cargados, enfoscados o fábrica de
ladrillos es posible utilizar un tipo de mortero
más ordinario formado de una parte de cemento por cinco de arena.
Para tabiques de rasilla o bóvedas de escaleras
usar una parte de cemento por cuatro
de arena.
Para revoques impermeables y bruñidos usar una
parte de arena y una de cemento.
En enlucidos, zócalos y corrido de cornisas
utilizar dos partes de arena por una de cemento.
Para enlucidos de pavimento, enfoscados, bóvedas
tabicadas y muros muy cargados utilizar tres partes de arena por una de
cemento.
Para morteros
más pobres, usar una parte de cemento por 8 partes de arena.
Para elaborar un mortero que pueda trabajarse mejor y que tenga más impermeabilidad,
se puede agregar un poco de cal o algún líquido plastificante que se
comercializa como suplemento para mortero.
En cuanto al tiempo ideal para obtener una mezcla
consistente, se aconseja mezclar 15 minutos como máximo.
Dependiendo del
aglomerante se pueden obtener morteros de cemento,
morteros de yeso, o morteros de cal.
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